“Estoy nervioso de alegría”, aseguró el cantante Julión Álvarez, de 39 años, al ser notificado de que salió de la lista negra de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), del Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
La noticia la dio a conocer este viernes 17 de mayo el intérprete del Regional Mexicano, conocido como “el rey de la taquilla” y quien estuvo sujeto a investigaciones por presuntos nexos con el narcotráfico.
“A lo mejor me ven un poco serio, pero estoy nervioso de alegría, de una satisfacción difícil de poder expresar, porque son situaciones que nos tocaron vivir a toda la gente que me rodea, el equipo de trabajo, la familia”, indicó.
Para dar esta noticia, Julión Álvarez convocó a los medios de comunicación para dar una conferencia de prensa, en la Ciudad de México, donde recordó que, en agosto de 2017 lo señalaron por supuestos nexos con el narco y días después dijo que iba a salir a afrontar todas las acusaciones en su contra.
“Desde el 9 de agosto de 2017, en agosto, tuvimos los señalamientos y fue un 10 de agosto cuando salimos a dar la cara y poder decirles a todos ustedes qué es lo que pasaba, que íbamos a salir a afrontar todas las situaciones y temas que se nos estaba señalando”, recordó el cantante.
Con ello, Julión Álvarez ya no tiene congeladas sus cuentas bancarias en Estados Unidos, ya no tiene suspendida su visa, ya puede usar el sistema financiero de ese país y todo su material discográfico que fue censurado regresará a plataformas digitales como Spotify. Deezer y Youtube.
“Hoy obtenemos una carta donde se menciona mi nombre, cumpliendo con todos los requisitos o ya no teniendo esos temas para poder ser señalado y poder ser excluido de la lista. Ahoya ya puedo reactivar sus actividades financieras como cualquier empresa lo hace, incluso hasta con personas y empresas americanas”, señaló.
Visiblemente emocionado, con la voz entrecortada hasta romper en llanto, señaló:
“No había llorado, hasta el día de hoy”, señaló el chiapaneco. Contó que se despertó con la noticia y no ha tenido tiempo de celebrarla con su familia, solo les contó por teléfono, pero en un rato estaría con ellos.
Mencionó que su familia, su esposa e hijas resultaron afectadas por esta situación, al punto de que su hermana, que es doctora, no recibió las primeras quincenas de su salario, cuando se dio a conocer que estaba en la lista de la OFAC.
A Julión Álvarez se le vinculó con el narcotraficante Raúl Flores Hernández, alias El Tío, presunto integrante del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Fue señalado de ser su prestanombres, junto a otros 20 mexicanos, entre los que estaba el futbolista Rafael Márquez y 43 empresas que también fueron señaladas, como parte de una investigación hecha por los estadunidenses.
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Al respecto, Julión Álvarez dijo que su intención era diversificar su dinero y por eso invirtió en el tema inmobiliario. “De ahí hubo varios nombres involucrados y salió a relucir el mío”, contó.
“El Tío” fue identificado por el gobierno de Estados Unidos como un importante narcotraficante, al nivel de Joaquín El Chapo Guzmán, preso de por vida en una prisión de Estados Unidos, acusado de delitos relacionados con el narcotráfico.
En julio de 2017, “El Tío” fue detenido por autoridades mexicanas en Zapopan, Jalisco y trasladado al Reclusorio Sur de la Ciudad de México. Posteriormente, fue extraditado a Estados Unidos a petición de la Corte Federal de Distrito para el Distrito de Columbia.
A “El Tío” se le acusó de negociar y traficar grandes cantidades de cocaína con diversos cárteles en nuestro país, y suministrar estupefacientes en Colombia, así como controlar las rutas de envío de drogas de México a Estados Unidos.
Por eso, el cantante comentó: “Mi nombre y mi persona fueron puestos a prueba y salimos victoriosos, fortalecidos. Hay un Julión antes y un después”, indicó.
Dijo que se dedicará a reactivar su vida profesional en los escenarios y plataformas digitales y realizar los trámites de su visa para llevar su música “por la Unión Americana”, agregó.
El cantante rechazó entablar una posible demanda por haber sido involucrado injustamente en un proceso legal.
“En ese momento, cuando hay tanta incertidumbre y coraje lo pensaba, ahora no. Les decía que soy otro y lejos de buscar más pleitos quiero enfocarme en aprovechar mi libertad. Sí le invertí en abogados de aquí y de Estados Unidos, pero Dios sabe cuándo, a quién y por qué pone pruebas y yo no le quedé mal”.