El movimiento surge de forma espontánea dos días después de lo ocurrido el 25 de octubre con el huracán Otis de manera individual. Al paso de los días va sumando fuerza hasta convertirse en un grupo de voluntarios dispuestos a ayudar dentro y fuera de la zona de desastre, proporcionando los apoyos básicos para la subsistencia, pero formalizando acciones que permitan incidir en la palabra clave: reconstrucción.

Es gracias al trabajo en equipo y el apoyo que han recibido que toma formalidad y termina consolidándose como una fundación que a la fecha sigue trabajando en la reconstrucción de las vidas que se derrumbaron, incluyendo la propia de su fundadora. Su misión es brindar ayuda integral a los damnificados del huracán Otis a fin de poder reconstruir su vida en múltiples facetas que se requieren a nivel social y devolverles la calidad de vida que alguna vez perdieron, así como erigirse como una organización de ayuda integral en el caso de desastres naturales en cuanto a la orientación para el acompañamiento emergente.

Lizeth Gochicoa, habitante y oriunda de Acapulco, inicia el proyecto de Reconstruyendo Vidas a raíz de la tragedia que se vivió en octubre del año pasado derivada de Otis. Vivió en primera línea la tragedia ocurrida en esta ciudad desde dos vertientes: la de una ciudadana local que padeció el impacto del huracán, así como el complicado camino de reconstrucción, pero también la de una de las personas que, lamentablemente, contabilizó dentro de su familia, la pérdida de un ser querido a consecuencia del desastre de este fenómeno natural.

Su padre, quien se encontraba en una situación médica delicada desde hace tres años, padeció los estragos que dejó a su paso uno de los huracanes más devastadores para el puerto. La falta de insumos en materia de fármacos, así como de necesidades básicas para el seguimiento a su tratamiento médico, generó a pocos días del impacto del huracán, su muerte.

Al reconocer que su padre, como médico, siempre estuvo dedicado a procurar el bienestar de los demás a través de su vocación, decide preservar su legado enfocándose en ayudar a los demás afectados y poder reconstruir lo que alguna vez fue su hogar. Es que con cariño y el deseo de recuperar lo que se perdió, que Lizeth crea la fundación de “Reconstruyendo Vidas”.

En la primera fase del proyecto denominada “Reconstruyendo el Alma” las acciones se concentraron en atender el llamado inmediato de emergencia y devolverles la esperanza a las personas. A la fecha, se han implementado brigadas para la repartición de víveres, comida caliente, ropa y medicamento para los afectados, activaciones culturales con canta autores populares, y campañas de difusión masiva en redes sociales. Con las acciones implementadas se le ha podido otorgar ayuda a más de 600 familias guerrerenses tan solo en la primera etapa del proyecto.

La segunda etapa se concentrará en la reconstrucción de casas para las comunidades más afectadas de la región. Esta etapa, “Reconstruyendo hogares”, buscará recaudar los fondos necesarios por medio de eventos de caridad y el apoyo de socios benefactores para poder brindar el mayor apoyo posible a quienes se quedaron sin hogar. Distintos asociados participan durante la fase, como la Academia de Música Benning A.C., del Rayo y de la Borda A.C., Galería Coronel, el gobierno del estado de Guerrero y la Hacienda de Cortés.

Reconstruyendo Vidas aspira a ser una fundación que perdure con el paso de los años a fin de desarrollar acciones preventivas en desastres naturales con consecuencias similares a las que dieron origen a su creación. Nadie esta exento de vivir una tragedia como la que se vivió en Guerrero, y no hay ni clase social, raza o nivel educativo que te excluya de vivir algo similar en el momento que ocurre.

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