La atención de Claudia Sheinbaum Pardo para gobernar la Ciudad de México se descuida casi cada fin de semana, cuando viaja a otras entidades y se afana en cautivar a los habitantes locales de los logros de su administración, mientras deja pasar coyunturas importantes en la capital y se le acumulan problemas que hace cuatro años se comprometió a resolver.

En lo que va de la segunda mitad del año, la aspirante presidencial morenista ha tomado 16 veces un avión o viajado por carretera para dejar la capital y dar conferencias magistrales a las que la invitan y, de paso, reunirse con empresarios, industriales, maestros, trabajadores y mujeres… y firmar convenios de colaboración con gobernadores morenistas en turno o electos. Lo mismo ha ido al norte, que al centro y al sur.

Un elemento en común de sus viajes: siempre se escucha el coro de “¡Pre-si-den-ta!” a su paso y los aplausos de los anfitriones. Y ella promueve el apoyo a la Cuarta Transformación y a la iniciativa en turno promovida por Andrés Manuel López Obrador que se discute en el Congreso de la Unión.

El 23 de julio, Sheinbaum Pardo estuvo en Pachuca y Tizayuca, Hidalgo, donde dictó una conferencia tras desayunar con el gobernador electo, Julio Menchaca, y su esposa. Al día siguiente fue a Colima, a un “evento cultural”, acompañada de su pareja sentimental, Jesús María Tarriba. Ahí se reu­nió con la gobernadora Indira Vizcaíno y con empresarios de la industria portuaria, hoteleros y urbanistas y les presumió los beneficios de la digitalización de trámites.

Tres de los cuatro fines de semana de agosto estuvo muy activa… fuera de la capital. El día 7 viajó a Xalapa, Veracruz, para “dar seguimiento” a un convenio en materia de digitalización, turismo y cultura con el gobernador Cuitláhuac García. El 20 fue a Oaxaca a dictar la conferencia magistral “La nueva cultura sobre el agua” y, junto con el gobernador electo, Salomón Jara, y el saliente, Alejandro Murat, se tomó fotos en el que fue despacho del Benemérito de las Américas.

Al día siguiente, el 21, fue a Campeche con su amiga Layda Sansores, “la insurrecta” –como ella misma la llamó y a quien ha defendido frente a la polémica que la mandataria sostiene con el senador Ricardo Monreal y el presidente del PRI, Alejandro Moreno– y dio la conferencia “Políticas públicas exitosas en el Gobierno de la CDMX”.

El día 28 se fue a Hermosillo, Sonora, donde dictó la conferencia “Las políticas emblemáticas de los gobiernos progresistas en la CDMX” y dio seguimiento al convenio de colaboración en materia de gobierno digital con el gobernador Alfonso Durazo. Ahí, el exsecretario federal de Seguridad declaró que “México ya está preparado para una mujer presidenta” y le levantó la mano.

Según lo que la misma Sheinbaum muestra en sus redes sociales, en cada ciudad que visita la reciben con porras, aplausos, carteles que dicen “Claudia, Te Amo”, “Todos con Claudia” o la clásica frase “#EsClaudia, aunque ella misma ha negado que sus actividades sean de promoción y se ha deslindado de las pintas que están en muros de todo el país.

En septiembre, la aspirante presidencial salió cuatro veces más a recorrer el país. El día 3 estuvo en Tijuana con la gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Ávila, donde impartió dos conferencias: “Diálogos con el sector empresarial”, ante miembros de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación, y “Políticas exitosas de gobierno”. El 5, aunque fue lunes, regresó a Hidalgo a la toma de protesta de Menchaca.

El 24 fue a Guadalajara, Jalisco, a firmar el “Convenio marco de coordinación entre gobierno y presidencias municipales” morenistas en materia de digitalización de trámites. También dictó una conferencia sobre políticas públicas ambientales de su gestión. El 25 fue a Quintana Roo a la toma de protesta de su amiga Mara Lezama.

Fue también en septiembre cuando Sheinbaum Pardo resultó favorecida en el Consejo Nacional de Morena –el día 18–, pues la mayoría de los consejeros electos para sus secretarías son afines a ella: el primero, el gobernador Alfonso Durazo electo, por unanimidad, presidente del Consejo; y Citlalli Hernández, reelecta como secretaria general. Tres semanas antes, Sebastián Ramírez, otro de sus alfiles y su excoordinador de Comunicación Ciudadana, quedó al frente del partido en la CDMX.

El fin de semana más turístico

Octubre fue un mes de mucha más promoción para la llamada “corcholata favorita” del presidente Andrés Manuel López Obrador, pues no sólo fue su cuarto informe de gobierno ante el Congreso de la CDMX, y los informes no oficiales en el Auditorio Nacional y las 16 alcaldías; también salió cuatro veces a otros estados.

El día 1 estuvo en Tampico, Tamaulipas, en la toma de protesta de Américo Villarreal. El 22 fue a Monterrey, Nuevo León, donde se encontró con industriales, firmó un convenio de “Buenas prácticas” y dictó la conferencia “Políticas exitosas de gobierno”.

El 29 estuvo en Puebla, donde habló ante miles de personas sobre sus acciones de gobierno y, de paso, promovió la iniciativa de reforma electoral de López Obrador. También firmó un convenio de seguridad pública con el gobernador Miguel Barbosa. El 30 voló a Ciudad Juárez, Chihuahua, donde la recibieron con mariachi y habló de “Políticas exitosas de gobierno”.

Ese fin de semana se juntaron el Gran Premio de la Fórmula 1 –al que Sheinbaum calificó de “bastante fifí”-, el Gran Desfile de Día de Muertos, el miniconcierto de Ángela Aguilar, la ofrenda fundamental en el Zócalo y la Procesión Comunitaria. Pero ella estaba ausente.

El lunes 31 la mandataria local informó que ese fin de semana fue el de mayor aforo turístico en la CDMX después de la pandemia por covid-19, con alrededor de 2 millones de visitantes y una ocupación hotelera al 100%. Por todas las actividades desarrolladas en la CDMX, la Secretaría de Desarrollo Económico estimó una derrama económica de alrededor de 22 mil millones de pesos.

Lo que no mencionó la mandataria local es que, junto a esas actividades concentradas en el centro de la ciudad, se hizo evidente el incremento del comercio ambulante, particularmente en el Paseo de la Reforma y en la Avenida Juárez.

Por estar de gira, Sheinbaum tampoco fue al arranque de operaciones con pasajeros del Trolebús Elevado, en la avenida Ermita Iztapalapa –uno de sus proyectos más grandes de movilidad–, la mañana del sábado 29, aun cuando cinco días antes dijo a la prensa “sí, ahí vamos a estar”. El diputado local Aníbal Cañez, del PAN, acusó que, por andar “en turismo electoral”, descuidó la obra, que se puso en marcha sin estar al 100%.

Ese día también la alcaldesa en Cuauh­témoc, Sandra Cuevas, una de sus principales críticas, grabó y difundió un video en Twitter en el que mostró labores de balizamiento sobre Eje Central. Dijo que, aunque eso le toca al gobierno central, ella lo hacía “porque Sheinbaum no cumple su trabajo”.

Otra omisión fue evidente el día 30 por la noche, cuando cientos de motociclistas hicieron la “Rodada del Terror” por diversas vialidades, inquietando a los capitalinos y rebasando a la policía de Tránsito, aun con los 102 motocicletas y un auto remitido al corralón, 27 conductores al juez Cívico y dos al Ministerio Público por portar armas de fuego.

En lo que va de noviembre, la morenista siguió sus salidas que, una y otra vez, ha negado que sean campaña, “pues aún no son los tiempos electorales”. El viernes 4 regresó a Puebla para acompañar como ponente al escritor español Fernando Savater en la conferencia “Ética para la empresa”. Al día siguiente, el sábado 5, aunque no salió de la CDMX, sí recibió a mil 500 presidentes municipales, regidores y síndicos de todo el país que le corearon una y otra vez “Pre-si-den-ta”.

Y el 6 voló a Culiacán, Sinaloa, para firmar con el gobernador Rubén Rocha el convenio “Intercambio de Buenas Prácticas de Gobierno”; además de reunirse con empresarios y platicarles las acciones de apoyo a la inversión en la capital.

Tales actividades y salidas, Sheinbaum las hizo pese a que la capital mexicana ya estaba en la polémica, otra vez, por casos de muertes violentas de mujeres en su territorio. Ahora por el feminicidio de la joven Ariadna Fernanda López Díaz en un departamento de la colonia Roma Sur, y por el fallecimiento de Lidia Gabriela Gómez, quien se lanzó de un taxi en movimiento en la avenida Ermita Iztapalapa por miedo a sufrir un secuestro.

“El peor legado”

Para Mónica Tapia, fundadora de la asociación civil Ruta Cívica y de otras organizaciones de la sociedad civil, redes y coaliciones ciudadanas, las giras de Claudia Sheinbaum representan un descuido para atender problemas de la ciudad que, desde su campaña, prometió resolver y que, a cuatro años, llevan pocos avances.

En entrevista con Proceso explica que después de la pandemia por covid-19, en la CDMX hay un mayor número de autos, más tráfico, la refinería de Tula sigue quemando combustóleo con gasolinas obsoletas y “seguimos la mayor parte de los días con mala calidad del aire que afecta a grupos vulnerables y a los que tienen alergias”.

Conocedora de temas ambientales, recuerda que la jefa de Gobierno “es una científica, especialista en algunos de estos temas, como movilidad y cambio climático; nos prometió en su campaña que el tema del aire sería una prioridad y que debería haber avances, pero no vemos ninguno”.

Egresada del Colegio de México, la Universidad de Oxford y la London School of Economics, Tapia asegura que, aunque en campaña la morenista prometió que el tema del agua potable sería “fundamental” en su gobierno, “seguimos sin saber cuánta agua tenemos, cuánta nos queda en los acuíferos. Está el dato de que 70% del agua de la ciudad viene del acuífero y nos acercamos seguramente al ‘Día Cero’, ¡como en Monterrey!; pero a diferencia de allá, aquí está oculto, ni siquiera podemos saber que nos estamos quedando sin agua porque es subterránea… No sé si le va a tocar a Claudia o no, pero es un tema en el que no ha habido avances”

Por Staff

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