El Papa pidió que la guerra en Ucrania no «haga olvidar» la situación en Siria, donde más de 11 millones de personas dependen de la ayuda humanitaria para su supervivencia y donde sigue abierto el conflicto bélico que ha provocado la mayor crisis de refugiados a nivel mundial.

«Los dramas de los últimos meses, que tristemente nos obligan a volver la mirada hacia el este de Europa, no deben hacernos olvidar lo que ocurre en vuestra tierra desde hace doce años», señaló el Pontífice en el discurso que ha dirigido a los miembros del Sínodo de Obispos de la Iglesia greco-melquita.

Al recibirlos en una sala del Palacio Apostólico, el Pontífice constató que no se puede «permitir que se quite hasta la última chispa de esperanza de los ojos y los corazones de los jóvenes y las familias» de Siria. Por ello, realizó un llamado para que todos los responsables, tanto dentro del país como en la comunidad internacional logren encontrar «una solución justa y equitativa al drama de Siria».

Francisco denunció los «miles de muertos y heridos» que ha provocado la guerra, así como los «millones de refugiados dentro y fuera del país» y «la imposibilidad de iniciar la necesaria reconstrucción». «En más de una ocasión conocí y escuché la historia de algunos jóvenes sirios que habían llegado aquí y me impresionó el drama que llevaban dentro. Por lo que habían vivido y visto, pero también por su mirada, casi agotada de esperanza, incapaz de soñar con un futuro para su tierra», ha agregado el Pontífice ante los miembros del Sínodo de Obispos de la Iglesia greco-melquitas, que han elegido Roma para su encuentro anual.

Por Staff

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