A un año de su llegada a México, el muy activo embajador estadunidense Ken Salazar refrendó la importancia de la relación bilateral, pero señaló que “falta mucho por hacer” en el combate a las “peligrosas organizaciones criminales que llevan corrupción y criminalidad a nuestros países”.
Sin mencionar la demanda que el gobierno de Estados Unidos –y el de Canadá– presentó contra la reforma eléctrica impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, el diplomático estadunidense hizo un balance de su gestión a un año de su llegada al país, donde realizó visitas oficiales a los 32 estados y tuvo reuniones con los gobernadores.
“He visto el carácter y el trabajo bueno del pueblo mexicano, así como el respeto a los Estados Unidos”, planteó en una declaración publicada por la Embajada de su país, en la cual sostuvo que “tengo más optimismo que nunca de que nuestras naciones tendrán un futuro compartido brillante, próspero y sustentable”.
Sin embargo, en la parte final de la comunicación oficial enumeró algunos aspectos problemáticos en la relación bilateral, como el combate a las organizaciones criminales –lo dijo “respetando la soberanía de México”–, donde “falta mucho por hacer, como invertir mayores recursos para fortalecer la procuración y el sistema de justicia en todos los niveles”.
También mencionó que su gobierno está “comprometido” a frenar el tráfico de armas –el argumento que el gobierno mexicano utiliza para responder a los reclamos de Washington sobre la inseguridad–, y señaló que “trabajamos con México como nunca para interrumpir las redes multimillonarias de los traficantes de personas”.