La Casa Blanca anunció que este viernes 29 de abril el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, tendrá un encuentro virtual con su homólogo mexicano, Andrés Manuel López Obrador, para hablar de la relación bilateral y la Cumbre de las Américas.
En un breve comunicado de prensa, Jen Psaki, la vocera de la Casa Blanca informa que entre los tópicos que abordarán los mandatarios se destaca la migración, desarrollo sustentable en América Central, competitividad, seguridad, energía y cooperación económica.
“En este evento virtual los dos líderes hablarán sobre su visión para la novena Cumbre de las Américas y sobre cómo América del Norte puede liderar las iniciativas prioritarias para la región”, resalta el escueto comunicado de prensa del gobierno estadunidense.
La novena Cumbre de las Américas se llevará a cabo el próximo mes de junio en Los Ángeles, California, evento interamericano en el que Biden fungirá como anfitrión del encuentro en el que presuntamente deben participar jefe de estado y de gobierno del Hemisferio Occidental.
En materia bilateral el tema energético resalta como aspecto de la sesión virtual entre Biden y López Obrador, tomando en cuenta las restricciones impuestas en México a las inversiones extranjeras en el sector eléctrico mexicano.
Empresarios estadunidenses con intereses en el sector de energía, se quejan de las reformas que en este sector se han instrumentado en México, señalando que esto es violatorio del Tratado de comercio, México, Estados Unidos y Canadá (TMEC).
La cooperación en seguridad por la problemática del trasiego de drogas ilícitas de México a Estados Unidos y la imparable demanda y consuno de enervantes sintéticos por la sociedad estadunidense, es otro los asuntos álgidos en la relación entre los dos presidentes.
El gobierno de López Obrador tiene acotados a los 54 agentes de la DEA asignados a México, que en el ámbito del combate al narcotráfico internacional implica tensión en la relación bilateral con implicaciones en cooperación sobre seguridad nacional.
Los puntos del tema migratorio por el flujo de personas procedentes de Centroamérica es un punto latente y siempre complicado en la relación México-Estados Unidos, porque implica violaciones a los derechos humanos y limitaciones de soberanía y constitucionales.