El secretario general de la ONU, António Guterres, y el secretario general de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) Petteri Taalas, advirtieron sobre la urgencia de cambiar el modelo energético basado en combustibles fósiles para que la humanidad se aleje del «callejón sin salida» que representan energías altamente contaminantes como el gas, el petróleo o el carbón.

«Los combustibles fósiles son un callejón sin salida en lo medioambiental y lo económico», afirmó Guterres en el marco de la presentación del nuevo informe sobre el estado del clima de la OMM.

El informe de la OMM sostiene que los cuatro indicadores clave del cambio climático: concentraciones de gases de efecto invernadero, subida del nivel del mar, contenido calorífico de los océanos y acidificación de los océanos, registraron valores sin precedentes en 2021.

Según la OMM, se trata de un nuevo ejemplo patente de que las actividades humanas están provocando “cambios a escala planetaria en la tierra, el océano y la atmósfera, y de que esos cambios entrañan repercusiones nocivas y duraderas para el desarrollo sostenible y los ecosistemas’’.

«El actual sistema energético no funciona y nos acerca cada vez más a la catástrofe climática», alertó Guterres, quien criticó a los gobiernos por seguir subsidiando energías altamente contaminantes como el gas, el petróleo o el carbón.

Guterres observó que la guerra de Ucrania y la subida de los precios del gas y del petróleo son otra llamada de atención ya que se gastan billones de dólares para bajar artificialmente el precio de los combustibles fósiles, cuando energías renovables como la solar o la eólica «están ya ampliamente disponibles y en muchos casos son más baratas».

«Es el momento de que líderes públicos y privados dejen de hablar de las renovables como un distante proyecto en el futuro, porque sin ellas no habrá futuro», insistió.

Guterres presentó acciones fundamentales para transitar a las energías renovables entre las que mencionó fomentar un mayor acceso a las tecnologías y suministros de energía renovable, triplicar las inversiones privadas y públicas en energías renovables y poner fin a los subsidios a los combustibles fósiles, que se conceden a un ritmo aproximado de 11 millones de dólares por minuto’’.

«Las energías renovables son el único camino hacia una verdadera seguridad energética, hacia precios estables de la electricidad y hacia oportunidades de empleo sostenibles. Si actuamos en unión, la transformación de las energías renovables puede ser el proyecto de paz del siglo XXI», recalcó.

El mundo debe actuar en el curso de esta década para evitar los peores efectos de la crisis climática y mantener el aumento de las temperaturas por debajo de 1.5 °C con respecto a los niveles preindustriales, argumentó.

El informe de la OMM sostiene que las condiciones meteorológicas extremas, que dejan ver en nuestra vida diaria los efectos del cambio climático, provocaron pérdidas económicas por valor de cientos de miles de millones de dólares de los Estados Unidos, se cobraron un alto precio en vidas humanas y socavan gravemente el bienestar de las personas, además de alterar profundamente la seguridad alimentaria e hídrica y agravar los desplazamientos.

“En 2022, todas esas consecuencias se han agudizado’’, afirma el informe dado a conocer en Ginebra.

En el informe de la OMM sobre el estado del clima mundial en 2021 se confirma que los últimos siete años han sido los más cálidos de los que se tiene constancia y destaca que 2021 «solo» fue uno de los siete años más cálidos a causa de la reducción transitoria de las temperaturas atribuible a los episodios de La Niña que se produjeron al inicio y al final del año.

“Sin embargo, ese efecto provisional de enfriamiento no invirtió la tendencia general de aumento de las temperaturas. En 2021, la temperatura media mundial superó en aproximadamente 1.11 ± 0.13 °C los niveles preindustriales’’, afirma.

«Nuestro clima está cambiando ante nuestros ojos, el calor retenido en la atmósfera a raíz de los gases de efecto invernadero calentará el planeta durante muchas generaciones», alertó por su parte el secretario general de la OMM.

Mensajes clave

 

“El aumento del nivel del mar, la acidificación de los océanos y el incremento de su contenido calorífico continuarán durante siglos a menos que se inventen mecanismos para eliminar el carbono de la atmósfera. Algunos glaciares han alcanzado el punto de no retorno y ello conllevará efectos a largo plazo en un mundo en el que más de 2 000 millones de personas ya sufren estrés hídrico», indicó Taalas.

Según la OMM, los índices de calentamiento de los océanos muestran un aumento especialmente marcado en los dos últimos decenios. El calor está penetrando en cotas cada vez más profundas. En algún momento de 2021, gran parte del océano se vio afectado por al menos una ola de calor marina «intensa».

Por otra parte, los océanos absorben alrededor del 23% de las emisiones antropógenas anuales de CO2 que se acumulan en la atmósfera. Al hacerlo, este gas reacciona con el agua marina y provoca la acidificación de los océanos, que amenaza a organismos y servicios ecosistémicos y, por tanto, a la seguridad alimentaria, al turismo y a la protección de las costas.

El nivel medio del mar a escala mundial alcanzó un nuevo máximo en 2021, tras aumentar una media de 4.5 mm anuales durante el período 2013-2021. Esta cifra, que es más del doble que la registrada entre 1993 y 2002, obedece principalmente a una pérdida de masa de los mantos de hielo más rápida. Ello conlleva importantes repercusiones para cientos de millones de habitantes de zonas costeras.

En la zona occidental de América del Norte y en el Mediterráneo se produjeron olas de calor excepcionales que batieron récords. En el valle de la Muerte (California) se alcanzaron 54.4 °C el 9 de julio, un valor similar al registrado en 2020 y que constituye la temperatura más alta observada en el mundo desde, al menos, la década de 1930, mientras que en Siracusa (Sicilia) se llegó a 48.8 °C.

Las inundaciones provocaron pérdidas económicas valoradas en 17 mil 700 millones de dólares en la provincia china de Henan y, a mediados de julio, Europa occidental sufrió algunas de las inundaciones más graves de las que se tiene constancia, cuyas pérdidas económicas superaron, solo en Alemania, los 20 mil millones de dólares. Se produjeron, asimismo, cuantiosas víctimas mortales.

La sequía afectó a muchas partes del mundo, en particular al Cuerno de África, Canadá, el oeste de Estados Unidos, Irán, Afganistán, Pakistán y Turquía. En la región subtropical de América del Sur, la sequía ocasionó importantes pérdidas agrícolas y perturbó la producción de energía y el transporte fluvial.

Así, es muy probable que, por cuarta temporada consecutiva, siga sin llover en África oriental y Etiopía, Kenia y Somalia se vean sumidas en una sequía cuya duración no tiene precedentes en los últimos 40 años. Los organismos humanitarios alertan de efectos devastadores en la población y los medios de subsistencia de la región.

El agujero de la capa de ozono sobre la Antártida fue inusualmente extenso y profundo, y alcanzó un máximo de 24.8 millones de km2 —superficie equivalente al tamaño de África— como resultado de un vórtice polar fuerte y estable y de unas condiciones más frías que la media en la estratosfera inferior.

El informe de la OMM sobre el estado del clima mundial será uno de los documentos oficiales de las próximas negociaciones de la ONU sobre cambio climático que tendrán lugar en Egipto a finales de este año.

Por Staff

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