A tres años de la aparición de los primeros casos por COVID-19, China enfrenta una ola de contagios desde el levantamiento de las restricciones sanitarias de su política “CERO COVID” en diciembre pasado.

Las medidas sanitarias, que permitieron que la mayoría de los chinos se libraran del virus desde su aparición en 2020, provocaron una frustración entre los ciudadanos y anotó un golpe a la economía.

En Shanghái, una de las ciudades más ricas de China, la situación sanitaria es crítica. Desde diciembre de 2022, aproximadamente el 70 por ciento de la población, es decir, cerca de 18 millones de personas habría contraído el virus.

Las autoridades chinas habían anunciado antes que, a partir del 8 de enero, los viajeros procedentes del extranjero ya no tendrían que hacer cuarentena a su llegada al país, lo que allanó el camino para que la población volviese a salir del país.

Sin embargo, Beijing arremetió este martes contra los controles de COVID-19 a pasajeros procedentes de China y amenazó con adoptar medidas contra las naciones implicadas, incluyendo Estados Unidos y varios países europeos.

“Creemos que las restricciones de entrada adoptadas por algunos países contra China carecen de base científica, y algunas prácticas excesivas son aún más inaceptables”, dijo la vocera del Ministerio de Exteriores, Mao Ning, durante una conferencia de prensa.

Australia y Canadá se unieron esta semana a la creciente lista de países que exigen que los viajeros procedentes de China pasen una prueba de detección del COVID-19 antes de embarcar en su vuelo, mientras el país combate un brote de coronavirus tras suavizar bruscamente las restricciones que llevaban en vigor casi toda la pandemia.

Por Staff

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *